Anne Frank House

La historia del anexo secreto es parte de una literatura clásica que nos imparten desde la escuela, que llega a tocar partes delicadas de nuestro sentir con la experiencia de una pequeña joven de tan solo 13 años cuando tuvo la necesidad de esconderse con su familia judía para que las fuerzas nazis no los llevaran.

Desde un sentir de guerra diario, un amor secreto, una pequeña descubriendo su cuerpo y de sexualidad escondida en el centro de Ámsterdam.

Todos conocemos el final de la historia…pero el sentimiento y la energía que se percibe en Prinsengracht 263 es indescriptible, con más de un mes de anticipación se debe hacer la reserva, ya que actualmente las oficinas de Opekta, y el anexo secreto está abierta al público como un museo, donde puedes recorrer cada una de las habitaciones y ver la historia y ver algunos artículos personales de los habitantes del anexo, a pesar de que Otto Frank (padre de Anne Frank) decidió retirar todos lo muebles del museo, el recorrido es una experiencia completa, con videos, imágenes, y audio tour uno recorre cada uno de los rincones del anexo recordando esta historia con el corazón hecho pedazos


Desde que uno entra tienes un sentimiento de respeto sin igual, la expresión de todos los turistas era seria y con una mirada de profunda tristeza en el fondo, la energía que yo sentí fue muy similar a cuando entras a un velorio.

Muchos Europeos me llegaron a comentar que Anne Frank es muy sobrevalorada y que solo es una “historia más” ya que en Alemania o Polonia los números de vidas perdidas de judión son incomparables.

Pero el hecho de poder conocer a detalle y tan profundo el sentir de una chica tan inocente pero al mismo tiempo tan madura es increíble

Una experiencia única aunque por más de dos horas mis ojos estuvieron llenos de lágrimas.

Vale la pena recordar lo fría y cruel que puede ser la guerra y cada una de las vidas inocentes que cobra por hambre de poder.

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